Vendrá otro tiempo distinto a este para seguir existiendo todavía.

Vendrá otro tiempo distinto a este.

Donde los atardeceres del verano

desciendan sobre su cuello.

Períodos de descanso, 

donde el corazón se sienta en casa.

Y un eco de besos mencione que su boca es mía.

Y un susurro de la noche diga que duerme a mi vera.

Permiso del tiempo para  encontrarme en sus ojos,

sugerir la madrugada en la misma esquina de la cama,

advertir que padezco insomnio si no me abrazo a su cuerpo...

Vendrá otro día no como este.

Donde su sonrisa me muerda los labios,

y sangre el deseo.

Espacio compartido,

donde el reloj le diga - Vámonos -

y se quede un minuto más,

una hora más,

una eternidad más

para seguir existiendo todavía.

La poesía me la provocó siempre una mujer, quisiera ella o no.

La poesía (buena o mala) que escribo
ha sido, es y será
aspiraciones al corazón de una mujer.
Las musas, desde el principio, vestían el iris de sus ojos,
y hacían de su cuello un tobogán  de presentimientos, sueños y deseos.
En la punta de los dedos quema la distancia, la esperanza...
y alguna que otra idea loca de ser dueña de todos los tiempos posibles.
Al escalofrío de la piel se me zambullen los versos clandestinos
que anduvieron o andarán su cuerpo.
Y la primera estrofa de cualquier pensamiento presente o pasado,
sólo quiere habitar el amor por fechas sin término.
La poesía ( mala o buena) que escribo
se llama como ellas;
Una amalgama de nombres propios para definir
tanto la alegría del encuentro como la tristeza de no encontrarse más.
Sus estrofas se reconocen en la prosa de sus caderas,
la metáfora asocia su ausencia al invierno de puertas abiertas
en medio de corrientes de olvido...,
con lluvia tras los cristales de los recuerdos.
Y un poema, siempre libre,
para llamarla,
cuando y donde pueda.
(Porque  creo que no sé escribir de otra cosa,
aunque quiera).
Y un poema, eterno siempre,
para esperar respuesta.

Vísperas del ocho de Marzo. Deseo anticipado.

A ese destino,
o a quien corresponda finiquitar las voluntades
de quien siempre quiso morirse
de risa, de miedo, de sueños...
de golpe en sus brazos,
quiero pedir un deseo.
Quiero que en el último instante,
cuando apenas quede ya tiempo
ni de ser consciente,
de que todo está cumplido,
concluyan desgranando el minuto definitivo
todos los besos que he querido.
Que un privado, irreflexivo e imprudente
recuerdo prohibido,
remate las horas que ya no tengo.
Que una alusión a tu cuerpo
corresponda a  la sobredosis necesaria 
con la que se me olvide respirar
y el corazón se me calle por siempre
en todas las palabras que se mueran conmigo,
entendiendo que no puedo contarte
la verdadera despedida,
pero que acontece con tu recuerdo, mujer.

Un perro.

" No es extraño que nos cueste tanto perdonar,perdonar de verdad,cuando nos es tan difícil nombrar lo que realmente duele",decía. Decía eso y otras cosas que desde que se marchó sigo recordando y apuntando en la pizarra del salón a medida que la memoria me las devuelve. Ella nunca entendió a la gente que se enorgullece de perdonar sin olvidar: "Quienes dicen "yo perdono,pero no olvido, tendrían que entender que recordar los agravios es peor que perdonarlos,porque perdonar sin olvidar es mentira".La abuela hablaba a veces,sobre todo al final,de lo mucho que le había perdonado al abuelo,"aunque no lo mereciera"añadía.Nunca especificó a qué se refería exactamente, pero ya no importaba.
"De todas formas, lo de los merecimientos da un poco igual - añadía con una sonrisa de mujer cansada-porque al final entiendes que la que no merece tener que cargar con tanto no perdón eres tú".

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Aquí de pie,con la frente pegada al cristal,llegan de golpe preguntas que se esparcen por el suelo de la consulta como las piezas de un nuevo rompecabezas, con sus ·cómo",sus "a partir de ahora" y sus "hasta cuándo", y entre el torrente de preguntas se cuelan también las dudas. si sabré hacerlo mejor con Rulfo que con R, si además de futuro habrá también oportunidad, si aprenderé a leer mejor las letras de los nombres que elija para que me acompañen de ahora en adelante, a tratar mejor, a confiar en lo que está fuera de esta balsa a cuatro que nos lleva para que la aventura tenga otros colores,otro aire,más valor.
"No dudar es de cobardes", dice la pintada...

....Y así,así de acompañado, siento que esto que tengo es poco pero es grande, y que quizás,después de todo,baste con una buena compañía para sentir que hemos tenido una buena vida...

...La compañía,la que a mí me hace seguir,son ellos.
Lo demás, o lo mejor, quizá esté aún por llegar.
Quién sabe.
                           (Alejandro Palomas.Un perro)

Quién ni quién.